lunes, 5 de diciembre de 2011

Preparándonos para Navidad


 ¿Qué podré regalarte mi Salvador?

(Diseño de Imagen: Vanesa Kroeger)


Supongamos que usted podría regalar algo al niño Jesús: ¿Qué sería? ¿Cómo es posible elegir un regalo para Aquel que todo lo tiene? ¿Para Aquel que lo hizo todo?

Los Sabios de Oriente lo hicieron. Además de oro, incienso y mirra, dieron otros regalos al Salvador Jesús que nosotros también podemos darle hoy: nuestra esperanza, nuestro tiempo y nuestra adoración.

Estos Sabios errantes dieron a Jesús su esperanza. Cuando todo el mundo vio una noche oscura este pequeño grupo de sabios vio la luz. La visión de la estrella provocó un deseo en su corazón para preparar sus regalos y salir al encuentro del Salvador del mundo.
 
Cuando llega la noche a tu mundo, ¿Qué ves? ¿La oscuridad o estrellas? ¿Desesperanza o esperanza? A veces, tal como lo hizo en tiempos antiguos, Dios usa la oscuridad para revelar su estrella más hermosa como dice Juan 1:5 "La luz brilla en las tinieblas". En Jesús, nuestro Salvador esta nuestra esperanza.

Todo lo que hacemos, lo hacemos para el Señor. Los Sabios lo hicieron. Antes de dar a Dios sus presentes, dieron su presencia. Es probable que estos hombres viajaran hasta dos años antes de localizar el príncipe de los cielos, pasaron muchos momentos, meses y quizás años de búsqueda, a la espera de esa reunión. Así como el Espíritu Santo los ha llamado por la señal de la estrella, así también lo llamará a usted por medio de varias estrategias. ¡Esté atento! Deuteronomio 4:29 dice: "Lo vas a buscar y a encontrar a Él cuando lo buscas con todo tu corazón"

Y cuando los Sabios encontraron a Jesús, le dieron otro regalo: su adoración. Los hombres de la riqueza, la influencia y la inteligencia: ¿Qué hicieron cuando vieron a Jesús? "... Cayeron de rodillas y lo adoraron" (Mateo 2:11)

A través de la adoración, comprendemos a Cristo con más claridad porque Él nos llama a través de su Espíritu Santo mediante su Santa Palabra y crea el tiempo necesario, el espacio para la adoración y la esperanza inagotable para que puedas disfrutar de Su salvación.

Creemos que nosotros le damos regalos a Él, pero en realidad es Cristo mismo quien nos regala el perdón, vida y salvación. Frente a semejante hallazgo, los regalos más genuinos de nuestra parte será utilizar sabiamente, así como los Sabios de Oriente, la esperanza, el tiempo y la adoración que Cristo nuestro salvador nos da abundantemente. “Porque en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos, Cristo Jesús, nuestro Señor” (Hechos 4:12). Amén.